Carnes de gran tradición: Cordero y cabrito de Navidad

La carne de cordero y cabrito suelen ser muy consumidas en épocas navideñas, pues ya son casi toda una tradición. Por este motivo, muchos no dejan pasar las ofertas promocionales que se lanzan al mercado, como las de www.carnevillamaria.com, para que no falten en la mesa de Navidad estos sabrosos platos típicos.

Cabrito

El cabrito es la cría de la cabra, que cuando es sacrificado antes de los 45 días de vida, habiendo sido alimentado solo con leche materna, recibe el nombre de cabrito lechal, cuya tierna y sabrosa carne es bastante similar a la del cordero lechal, aunque la del cabrito es un tanto más dulce. En tanto que cuando el cabrito se alimentó también con pastos, se denomina  cabrito pascual. Es preciso destacar que el precio y la calidad del producto se reducen a mayor tamaño y edad del animal, pues se trata de carnes de sabor y características totalmente diferentes.

La carne de cabrito lechal posee un sabor más intenso que otros tipos de carne, lo que la convierte en una delicia, a la vez que presenta un color rosáceo. Por su bajo contenido en grasas y colesterol, además de ser fácil de cocinar, es muy saludable. Al mismo tiempo, esta carne es rica en proteínas de alta calidad, así como en sodio, hierro, zinc y vitamina B1.

Cordero

¿Quién no se ha deleitado alguna vez con un rico asado de pierna o paletilla de cordero? Pues, claro, podría decirse que la carne de cordero, por su sabor y características, gusta mucho. Por ello, ha calado hondo en la tradición gastronómica de muchas regiones.

Entre las razas más populares se encuentran la merina, churra, aragonesa, lacha o castellana. Aunque es importante saber que no todas las razas ni todas las piezas del animal pueden emplearse para la elaboración de los mismos platos.  Esa es la razón por la cual es necesario conocer cada una de ellas para que las preparaciones, ya sea de guisos o asados, sean las adecuadas.

En función a qué edad es sacrificado el animal es denominado  cordero lechal o lechazo, recental, pascual y carnero. El cordero lechal es aquel que fue sacrificado antes de llegar a los 30 días de vida, siendo su peso aproximado de unos 6 kilos. Al haber sido alimentado exclusivamente con leche materna, su sabor es único. Tiene poca grasa y su carne es de un color rosado pálido. Si bien existen diversas formas de preparar el cordero lechal, su singular sabor se mantiene.

Si optamos por un recental o, lo que es lo mismo, ternasco, debemos saber que como se trata de un animal más grande y su dieta incluía, además de leche, pasto y pienso, su sabor  es un tanto más fuerte, posee más cantidad de grasa y el color de la carne no es tan rosado como la del lechal. De todos modos, este tipo de cordero sirve para elaborar un rico asado.

Mientras que el cordero pascual, sacrificado entre los 4 meses y el año de vida, se caracteriza por una carne de sabor más intenso, de tonalidad más oscura y más grasosa.

Por último, la carne de carnero es un tanto dura y de sabor pronunciado, puesto que se trata de un cordero que ha superado el año de edad. Esto hace que su consumo no se encuentre muy extendido.

En todos los casos, la raza es la que define el sabor, pues varía mucho de una a otra. Generalmente, la aragonesa y la castellana son consideradas las más exclusivas.

Ahora que ya conocemos las características de cada uno, ya estás preparado para elaborar un rico cordero o cabrito de navidad.

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